ELOGIOS DEL DÍA 1 DE JUNIO
MARTIROLOGIO
ROMANO
1. Si la lectura tiene lugar dentro de la Liturgia de las
Horas se hace después de la oración conclusiva de Laudes o cualquiera de las
horas menores. El lector comienza inmediatamente por la mención del día.*
2. Si la lectura no
tiene lugar dentro de la Liturgia de las Horas, reunida la asamblea, bien en el
coro, bien en capítulo o bien a la mesa, el lector comienza inmediatamente por
la mención del día.*
Los
elogios de los santos de cualquier día han de leerse siempre el día precedente.
* El
lector hace la mención del día:
Día 1 de junio.
Lectura de los elogios del día
Los
elogios de los santos o beatos indicados con -*asterisco* se leen solamente en
las diócesis o en las familias religiosas a las que ha sido concedido el culto de ese santo o
beato.
Jueves después de Pentecostés.
Fiesta de Nuestro Señor
Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote, según el rito de Melquisedec, en quien el
Padre se ha complacido desde toda la eternidad, mediador entre Dios y los
hombres que, para cumplir la voluntad del
Padre, se ofreció a sí mismo en el altar de la cruz de una vez para
siempre como víctima de salvación en favor de todo el mundo. Al instituir el
sacrificio de la eterna alianza, elige con amor de hermano a hombres de este
pueblo para que, al repetirlo constantemente en la Iglesia, se renueve la
abundancia de la gracia divina con la que nacerá el cielo nuevo y la tierra
nueva, y se realizará hasta los confines
del mundo lo que el ojo no vio ni el oído oyó ni el hombre puede pensar.
1. San
Justino, mártir - Memoria litúrgica
Memoria de san Justino,
mártir, que, como filósofo que era, siguió íntegramente la auténtica sabiduría
conocida en la verdad de Cristo y la confirmó con sus costumbres, enseñando lo
que afirmaba y defendiéndola con sus escritos. Al presentar al emperador Marco
Aurelio, en Roma, su Apología en favor de la religión cristiana, fue conducido
al prefecto Rústico, ante quien se declaró cristiano, siendo condenado a la
pena capital. († c. 165)
2. Santos
Discípulos de san Justino, mártires
También en Roma, santos
Caritón y Cariti, Evelpisto y Jeracio, Peón y Liberiano, mártires, todos los
cuales fueron discípulos de san Justino, y junto con él recibieron la corona
eterna. († c. 165)
3. Santos
Amón, Zenón, Ptolomeo, Ingenuo y Teófilo, mártires
En Alejandría de
Egipto, santos mártires Amón, Zenón, Ptolomeo e Ingenuo, soldados, y el anciano
Teófilo, los cuales, estando presentes en un proceso, al darse cuenta de que
uno de los cristianos que era martirizado flaqueaba y se inclinaba a apostatar,
con el rostro, la mirada y los gestos intentaron animarle, y al ser objeto de
recriminaciones por parte del populacho, se adelantaron confesándose
cristianos, y así es cómo por medio de su victoria, Cristo, que les infundió
constancia, triunfó en ellos gloriosamente. († 249)
4. Santos Isquirión y
cinco compañeros, mártires
En Licópolis, también
en Egipto, santos mártires Isquirión, oficial del ejército, y otros cinco
soldados, que, por orden del prefecto Arrio, y en tiempo del emperador Decio,
por su fe en Cristo fueron muertos con variadas formas de martirio. († c. 250)
5. San
Próculo, mártir
En Bolonia, ciudad de
la Emilia, san Próculo, mártir, que por su fe cristiana fue crucificado. († c. 300)
6. San
Fortunato, presbítero
En Montefalco, en la
Umbría, san Fortunato, presbítero, de quien se dice que, siendo pobre, con su
trabajo constante ayudó a los desvalidos, y que entregó su vida en favor de los
hermanos. († s. IV/V)
7. San
Caprasio, eremita
En la isla de Lérins,
en la Provenza, san Caprasio, ermitaño, que, juntamente con san Honorato, se
retiró a aquel lugar y dio comienzo a la vida monástica. († 430)
8*. San
Floro
En Auvernia, en
Aquitania, san Floro, que dio nombre al monasterio que se edificó sobre su
tumba, así como a la ciudad y a la sede episcopal. (†
s. Inc.)
9*. San
Ronón de Quimper, eremita y obispo
En Bretaña Menor, san
Ronón, obispo, que, habiendo llegado por mar desde Hibernia, llevó vida
eremítica en los bosques del lugar. († c. s. VIII)
10* San
Vistano, mártir
En la región de
Lichester, en Inglaterra, san Vistano, mártir, perteneciente a la estirpe real
de Mercia, que, por oponerse al matrimonio incestuoso de su madre, fue
asesinado por la espada del tirano. († 849)
11. San
Simeón, eremita
En Tréveris, ciudad de
Renania, en Lotaringia, san Simeón, el cual, nacido de padre griego en
Siracusa, después de haber llevado vida eremítica en Belén y en el Sinaí, murió
finalmente recluido en la torre de la Puerta Negra de esta ciudad. († 1035)
12. San
Iñigo, abad
En el monasterio de
Oña, en el territorio de Burgos, de la región de Castilla, en Hispania, san
Iñigo, abad, varón de paz, cuya muerte fue llorada también por judíos y
musulmanes. († c. 1060)
13*. Beato
Teobaldo de Alba, laico
En la ciudad de Alba,
en el Piamonte, beato Teobaldo, que por amor a la pobreza dio todo su dinero
para socorrer a una viuda y, trabajando como mozo de cuerda, por humildad llevó
las cargas de los demás. († 1150)
14*. Beato Juan Pelingotto, laico
En Urbino, del Piceno,
beato Juan Pelingotto, de la Tercera Orden Regular de San Francisco, que
primero, siendo comerciante, procuraba favorecer más a los otros que a sí
mismo, y luego, habiéndose recluido en una celda, solamente salía para atender
a pobres y enfermos. († 1304)
15*. Beato
Juan Storey, mártir
En Londres, en
Inglaterra, beato Juan Storey, mártir, que, experto en derecho, fue fidelísimo
al Romano Pontífice. Tras haber padecido la cárcel y el exilio, por su fe
católica fue condenado a muerte y ahorcado en Tyburn, alcanzando así los gozos
eternos. († 1571)
16*. Beatos
Alfonso Navarrete, Fernando de San José de Ayala y León Tanaka, mártires
En Omura, en Japón,
beatos mártires Alfonso Navarrete, de la Orden de Predicadores, Fernando de San
José de Ayala, de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, y León Tanaka,
religioso de la Compañía de Jesús, que, por decisión del comandante supremo
Hidetada, fueron decapitados a causa de la fe cristiana. († 1617)
17*. Beato
Juan Bautista Vernoy de Montjournal, presbítero y mártir
En una nave prisión
anclada frente al puerto de Rochefort, en Francia, beato Juan Bautista Vernoy
de Montjournal, presbítero y mártir, que, canónigo de Moulins, durante la
Revolución Francesa fue encarcelado por el hecho de ser sacerdote y murió a
consecuencia de la enfermedad que contrajo en prisión. (†
1794)
18. San
José Tuc, mártir
En la ciudad de Hung
Yen, en Tonkín, san José Tuc, mártir, joven campesino que se negó a pisar la
Cruz, por lo que fue encarcelado y martirizado varias veces, hasta ser
decapitado en tiempo del emperador Tu Duc. († 1862)
19*. San Juan Bautista
Scalabrini, obispo y fundador En Piacenza, en Italia, san Juan Bautista
Scalabrini, obispo, quien trabajó incansable por el bien de su iglesia y mostró
un especial interés por los sacerdotes, los agricultores y los obreros,
llevando particularmente en su corazón a los que emigraban a los países de
América, para los cuales fundó dos Pías Sociedades del Sagrado Corazón. († 1905)
20. San
Aníbal María Di Francia, presbítero y fundador
En Mesina, ciudad de
Sicilia, de nuevo en Italia, san Aníbal María Di Francia, presbítero, que fundó
la Congregación de Padres Rogacionistas del Corazón de Jesús y la de Hijas del
Divino Celo, para rogar al Señor santos sacerdotes para su Iglesia y cuidar a
huérfanos sin recursos. († 1927)
El lector
concluye diciendo:
Es preciosa a los ojos
del Señor.
R. La muerte de sus santos.
Si la
lectura se hace en una hora menor se concluye ahora diciendo “Bendigamos al
Señor” y su respuesta acostumbrada o con la conclusión que se encuentra más
adelante.
Si la lectura se hace en Laudes o fuera de la Liturgia de las Horas se continúa como se recoge a continuación.
Lectura breve
Eclo 34, 14-17
Quien teme al Señor, de
nada tiene miedo, de nada tiene miedo, de nada se acobarda, porque él es su
esperanza. Dichoso el que teme al Señor: ¿en quién confía?, ¿quién es su apoyo?
Los ojos del Señor están fijos en los que le aman, él es para ellos protección
poderosa, apoyo firme, refugio contra el viento abrasador y el calor del
mediodía, defensa para no tropezar, auxilio para no caer. Él levanta el ánimo,
ilumina los ojos, da salud, vida y bendición.
Palabra
de Dios.
R. Te alabamos, Señor
Oración
V. Santa
María y todos los santos intercedan por nosotros ante el Señor, para que
obtengamos de él ayuda y salvación.
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
R. Amén.
Conclusión
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Por la
misericordia de Dios las almas de todos los fieles difuntos descansen en paz.
R. Amén.
V. Podéis
ir en paz.
R.
Demos gracias a Dios.
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